El año en curso ha sido testigo de una interacción notable entre dos de las materias primas más apreciadas: el cacao y el café. Condiciones meteorológicas extremas y escasez han impulsado al alza los precios de ambas, desafiando los límites de los operadores del mercado. La estrecha relación entre estos dos mercados ha creado un escenario complejo, donde la escalada de precios en el cacao está ejerciendo presión sobre los comerciantes que operan en ambos sectores, llevándolos a buscar liquidez y, en algunos casos, a abandonar el mercado del café.
La concentración de la producción de ambas materias primas en solo unos pocos países agrava la situación. Vietnam y Brasil son los principales exportadores de café, mientras que Ghana y Costa de Marfil dominan la producción de cacao. La escasez de producción en estos países ha generado una volatilidad sin precedentes en los precios, alcanzando niveles récord. Aunque la preocupación por la oferta está impulsando al alza los precios del café, algunos observadores del mercado sugieren que el grano utilizado en las bebidas para el desayuno podría estar mejor posicionado que el cacao.
A pesar de las similitudes en la presión sobre la oferta, existen diferencias significativas en la respuesta de ambos mercados. Mientras que los productores de café están invirtiendo en la renovación de sus plantaciones y aumentando la productividad, los productores de cacao enfrentan dificultades para modernizar sus prácticas debido a la regulación gubernamental y décadas de escasa inversión. A medida que la Unión Europea implementa medidas para prevenir la deforestación, el café podría salir beneficiado debido a su consumo más global y a la posibilidad de sustitución entre variedades de granos, ofreciendo cierta estabilidad en un mercado volátil.
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